Estilo de apego ansioso-evitativo: cómo reconocerlo y qué hacer

Qué es y de dónde proviene

El estilo de apego ansioso-evitativo (en la literatura también fearful-avoidant) combina un gran miedo al rechazo con la evitación de la cercanía. La persona desea intimidad, pero se pone en guardia cuando la relación adquiere importancia, iniciando un vaivén de acercamiento y alejamiento. En el diccionario de la American Psychological Association se describe este estilo como uno de los cuatro principales tipos de apego en adultos. Importante: no es una «etiqueta para toda la vida», sino un conjunto de tendencias sobre las que se puede trabajar.

Cómo afecta a las relaciones

Regulación emocional y estrés

Las revisiones de la investigación sobre apego adulto muestran que cuando la ansiedad y la evitación son altas, aumenta la sensibilidad a la amenaza de rechazo, se refuerza la autocrítica y surge la tendencia a «cortar la vulnerabilidad» — incluso mediante un distanciamiento repentino. Esto dificulta discutir conflictos con calma y fortalecer la confianza (Simpson & Rholes, 2017).

Satisfacción y estabilidad en la pareja

Los metaanálisis encuentran de manera consistente una relación: cuanto más altos son los niveles de ansiedad y evitación, menor es la satisfacción y estabilidad en la pareja. El efecto aparece en ambos miembros y se intensifica con el tiempo (Li & Chan, 2012). Otros estudios relacionan el apego inseguro con riesgos para el bienestar psicológico — mayor depresión, ansiedad y soledad (Zhang et al., 2022, metaanálisis).

Cómo trabajar en uno mismo: un plan práctico

1) Psicoeducación y «mapa de desencadenantes»

Observa qué activa el «vaivén»: silencio de la pareja, planes inciertos, crítica. Anota las primeras señales (tensión corporal, impulso de irse/revisar mensajes) y busca respuestas más suaves: hacer una pausa, 10 respiraciones tranquilas, un «mensaje en primera persona» en lugar de suposiciones.

2) Habilidades cognitivas

Detecta pensamientos automáticos («seguro que no me necesitan», «si me abro, me abandonarán») y busca alternativas: «tengo miedo, pero los hechos son incompletos»; «puedo pedir claridad». Esta reevaluación reduce la ansiedad y ayuda a no caer en la evitación.

3) Experimentos conductuales y «cercanía lenta»

Construye pasos hacia la intimidad: desde breves comprobaciones de la realidad («preguntar directamente en lugar de leer la mente») hasta decisiones compartidas. Dosifica la vulnerabilidad: comienza con pequeñas peticiones y luego temas más complejos. Registra lo que realmente sucedió, no solo lo que pensabas.

4) Comunicación y límites

Practica la asertividad: expresa con claridad tus necesidades («para mí es importante saber cuándo nos veremos») y tus límites («respondo cuando puedo, y pido que me avisen de cambios»). Esto reduce la incertidumbre y el riesgo de «montañas rusas emocionales».

5) Psicoterapia y apoyo

Los enfoques basados en la evidencia (protocolos de TCC centrados en el apego, terapia focalizada en las emociones, mentalización) ayudan a reconocer patrones y entrenar nuevas estrategias de regulación. Las investigaciones muestran que trabajar en el estilo de apego se asocia con una mejora en la satisfacción de pareja y el bienestar general (revisión sobre apego adulto).


Descargo de responsabilidad: Este material tiene fines informativos y educativos y no sustituye el diagnóstico ni el tratamiento. Si experimentas ansiedad intensa, depresión, dificultades en la relación o violencia, acude a un profesional cualificado o a servicios de apoyo. El camino hacia un apego más seguro es realista y comienza con pequeños pasos.

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