La epidemia de perfeccionismo en la Generación Z: aumenta la ansiedad por las redes sociales y las expectativas

La Generación Z, de entre 16 y 25 años, siente cada vez más que se espera de ellos la perfección.

Según las investigaciones del psicólogo británico Thomas Curran, los niveles de perfeccionismo entre los jóvenes han aumentado de forma constante en las últimas décadas, correlacionándose con un incremento de la ansiedad, la depresión y la sensación de no estar a la altura. Las redes sociales refuerzan esta tendencia a través de comparaciones constantes, imágenes idealizadas y expectativas de una vida perfecta.

Qué muestran los estudios de Curran y sus colegas

  • En un metaanálisis publicado en Psychological Bulletin (Curran & Hill, 2019), se analizaron datos de más de 164 muestras y 41.641 estudiantes de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido entre 1989 y 2016.
  • Los resultados mostraron un aumento en tres tipos clave de perfeccionismo: self-oriented (altos estándares personales), other-oriented (altas expectativas hacia los demás) y especialmente socially prescribed perfectionism: la sensación de que la sociedad, los pares y los padres exigen perfección.
  • La percepción de que «los demás esperan que sea perfecto» aumentó más que los otros aspectos — aproximadamente en un tercio en comparación con generaciones anteriores.
  • Curran subraya que este aumento no es solo un problema personal o familiar, sino un reflejo de cambios culturales y sociales: la competencia, el ideal del éxito, la presión de los padres y de la sociedad, todo ello amplificado por la presencia de las redes sociales, donde los ideales de belleza, éxito y estilo de vida se presentan de forma idealizada y frecuentemente retocada.

Cómo influyen las redes sociales en la Generación Z: mecanismos de presión

Redes como Instagram, TikTok o Snapchat ofrecen a los jóvenes espacios de autopresentación donde los «me gusta», los seguidores y el contenido visual son métricas clave de reconocimiento. Así es como esto aumenta la ansiedad y la depresión entre la Generación Z:

Comparación e imágenes “perfectas”

  • El estudio «LifeOnSoMe» (Noruega, 2020–2021) mostró que los adolescentes que se enfocaban más en la autopresentación y en las comparaciones ascendentes (upward social comparison) tendían a mostrar mayores niveles de perfeccionismo y síntomas de trastornos alimentarios.
  • Filtros, retoques y contenido seleccionado crean estándares inalcanzables de apariencia y estilo de vida — y a menudo nos comparamos no con personas reales, sino con sus versiones idealizadas. Esto incrementa la presión sobre la autoestima.

El crítico interno y las exigencias personales

  • El perfeccionismo no solo implica temor al juicio externo, sino también un estándar interno que a menudo es irrealista. Esto conduce a una sensación crónica de «no ser suficiente».
  • La dependencia constante de la validación externa — «me gusta», comentarios, número de seguidores — puede generar ansiedad (el miedo a no ser visto, no recibir aprobación o ser juzgado) y estados depresivos cuando las expectativas no coinciden con la realidad.

Consecuencias: cuando la búsqueda de la perfección se vuelve peligrosa

Para muchos no se trata simplemente de «ser mejores», sino de una lucha diaria consigo mismos. Los investigadores describen varias consecuencias:

  1. Mayor ansiedad y estrés: el miedo a «no estar a la altura», a cometer errores o a no cumplir con los ideales transmitidos por las redes y la sociedad.
  2. Estados depresivos: cuando los estándares son irreales, la imperfección se percibe como un fracaso personal.
  3. Trastornos alimentarios e insatisfacción corporal: ver la propia apariencia a través del prisma de los ideales ajenos suele reducir la autoestima y llevar a intentos de adaptación mediante dietas, ejercicio excesivo o incluso cirugía. El estudio LifeOnSoMe muestra una relación entre las comparaciones ascendentes y los trastornos de la conducta alimentaria.

Qué se puede hacer: caminos de apoyo y cambio

El perfeccionismo no siempre es negativo — los estándares altos pueden ser saludables cuando se combinan con flexibilidad, autocompasión y expectativas realistas. Pero cuando se convierte en una fuente constante de sufrimiento, es necesario intervenir. Algunas medidas posibles incluyen:

  • Fomentar el pensamiento crítico hacia las redes sociales: comprender que muchas imágenes están filtradas, editadas o cuidadosamente seleccionadas.
  • Apoyo de psicólogos y servicios escolares: integrar programas orientados a fortalecer la resiliencia, reducir la ansiedad y trabajar sobre el perfeccionismo.
  • Promover la autoaceptación y la autocompasión: aprender a ser amable con uno mismo, reconocer debilidades e imperfecciones.
  • Reducir las expectativas culturales: padres, docentes y empleadores pueden ayudar poniendo el foco no solo en los resultados, sino también en el proceso y el desarrollo.
  • Las plataformas de redes sociales pueden introducir herramientas que reduzcan las comparaciones: por ejemplo, restar protagonismo al número de «me gusta» o fomentar contenido más auténtico y sin retoques. Algunos proyectos piloto ya experimentan con modos de «realidad vs inspiración».

Descargo de responsabilidad: Este artículo tiene únicamente fines informativos generales y no sustituye el asesoramiento médico profesional. Si usted o alguien cercano presenta síntomas de ansiedad, depresión u otras dificultades de salud mental, busque la ayuda de un especialista calificado.

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